Aquí os dejo el manifiesto que podéis leer en el libro de Kilian Jornet, a mi personalmente me motiva mucho leerlo antes de las carreras y en momentos que necesito un impulso, ya que estamos cerca, a tres días, de la III Carrera Pico Zapatero os lo pongo. ¡Es espectacular!
A los que no os habéis apuntado todavía a la carrera os animo a participar.
Kiss or kill. Besa o
mata. Besa la gloria
o muere en el intento. Perder es morir, ganar es sentir. La lucha es lo que
diferencia una victoria, a un vencedor. ¿Cuántas veces has llorado de rabia y
de dolor? ¿Cuántas veces has perdido la memoria, la voz y el juicio por
agotamiento? ¿Y cuántas veces, en esta situación, te has dicho: «¡Otra vez! ¡Un
par de horas más! ¡Otro ascenso! El dolor no existe, solo está en tu mente. Contrólalo, destrúyelo, elimínalo y sigue. Haz sufrir a tus rivales. Mátalos»?
Soy egoísta, ¿verdad?.
El deporte es egoísta, porque se
debe ser egoísta para saber luchar y sufrir, para amar la soledad y el infierno. Detenerse, toser, padecer frío, no sentir las piernas, tener náuseas vómitos,
dolor de cabeza, golpes, sangre… ¿Existe algo mejor? El secreto no está en las
piernas, sino en la fuerza de salir a correr cuando llueve, hace viento y
nieva; cuando los relámpagos prenden los árboles al pasar por su lado; cuando
las bolas de nieve o las piedras de hielo te golpean las piernas y el cuerpo
desnudo contra la tormenta y te hacen llorar y, para proseguir, debes
enjugarte las lágrimas para poder ver las piedras, los muros o el cielo.
Renunciar a unas horas de fiesta,
a unas décimas de nota, decir «¡no!» a una chica, a las sábanas que se te pegan
en la cara. Ponerle huevos y salir bajo la lluvia hasta que te sangren las
piernas debido a los golpes que te has dado al caer al suelo por el barro, y
levantarte de nuevo para seguir subiendo… hasta que tus piernas griten a pleno pulmón: «¡Basta!». Y te dejen colgado en medio de una tormenta en las cumbres
más lejanas, hasta la muerte. Las mallas empapadas por la nieve que arrastra el
viento y que se te pega también en la cara y te hiela el sudor. Cuerpo
ligero, piernas ligeras. Sentir cómo la presión de tus piernas, el peso de tu cuerpo, se concentra en los metatarsos de los dedos de los pies y ejerce una
presión capaz de romper rocas, destruir planetas y desplazar continentes. Con
ambas piernas suspendidas en el aire, flotando como el vuelo de un águila y
corriendo más veloces que un guepardo. O bajando, con las piernas deslizándose
por la nieve y el barro, justo antes de impulsarte de nuevo para sentirte libre
para volar, para gritar de rabia, odio y amor en el corazón de la montaña, allá
donde solo los más intrépidos roedores y las aves, agazapados en sus nidos bajo
las rocas, pueden convertirse en tus confesores. Solo ellos conocen mis
secretos, mis temores. Porque perder es morir.
Y uno no puede morirse sin haberlo dado todo, sin romper a llorar por el
dolor y las heridas, uno no puede abandonar. Hay que luchar hasta la muerte.
Porque la gloria es lo más grande, y solo se debe aspirar a la gloria o a
perderse por el camino habiéndolo dado todo. No vale no luchar, no vale no
sufrir, no vale no morir… Ha llegado la hora de sufrir, ha llegado la hora de
luchar, ha llegado la hora de ganar.Y para mi la frase que más me motiva, también de Kilian:
"La lucha es lo que diferencia una victoria de un vencedor" Kilian Jornet